Lo que empieza bien, termina bien!!!
Creo que estaremos de acuerdo con que gracias al trabajo en equipo de las personas que laboran en una empresa es que esta puede obtener resultados. Buenos o malos resultados eso depende del trabajo que haga el equipo.
Pero, qué se necesita para que el equipo lo haga bien: en primer lugar, que cada miembro se sienta parte del equipo, esto es esencial. Sí, desde el primer día que el empleado, al que llamaremos colaborador, porque los equipos no tienen empleados sino colaboradores, ingresa a la empresa debe sentir y saber que entra a formar parte del engranaje de una maquinaria y que su participación, desde el puesto en que trabaje, es clave para su buen funcionamiento y los buenos resultados.
Si bien, en algunas empresas de mediano y gran tamaño se cuenta con un encargado de recursos humanos que programa el ingreso de los nuevos colaboradores, les da la bienvenida y desarrolla todo un programa de inducción; en las pequeñas empresas por costes esto no es viable, pero tampoco es excusa, en ningún tipo de empresa, para no integrar desde el principio al nuevo colaborador con los demás miembros del equipo; de hecho en las pequeñas empresas debería ser más fácil porque son menos personas, pocas áreas y el trato puede ser más cercano.
Cuántas veces hemos llegado a empresas y tan solo al cabo de unas semanas empezamos a conocer a nuestros propios compañeros de área y nos tardamos algo más para conocer a las personas de otro departamento con las que por casualidad coincidimos en una comida o en un proyecto pero que no tenemos la menor idea de lo que hacen y cuál es el rol que desempeñan.
Sabemos a que se dedica la empresa pero no tenemos idea cuál es su proyección, sus clientes, su misión, sus dueños, las áreas que la componen, etc., solo sabemos que fuimos seleccionados para desarrollar un trabajo, unas funciones y que lo tenemos que “hacer bien”; aunque, se da el caso que a veces ni siquiera sepamos realmente para que fuimos contratados, no se nos dice que se espera de nosotros.
Creo que todos habremos escuchado en alguna ocasión frases como “apáñate” o “tu mism@” que en otras palabras sería “arréglatelas como puedas y si tienes dudas ni preguntes”. Y claro, lo hacemos de este modo, unos más proactivamente y con mejor suerte que otros, pero esto no debería ser así. En lugar de adivinar lo que tenemos que hacer, reinventar procesos que ya están creados o simplemente hacer las “cosas a mi manera”, deberíamos contar con directrices claras desde el principio, saber a quien podemos acudir en caso de una duda, conocer los procesos de la empresa (Ver post anteriores) saber quien es mi cliente y quien mi proveedor.
Así es, todos los empleados somos clientes y proveedores a la vez. Tenemos clientes de otras áreas que nos solicitan información, recursos, planificaciones, preguntas, etc. y necesitamos proveedores igualmente que den respuesta a nuestras inquietudes o satisfagan algún requerimiento. Por lo anterior, resulta más indispensable aún que bajo esta dinámica cliente-proveedor, desde el primer instante en que ingresamos a una empresa nos presenten a nuestros “clientes”, sepamos cuáles son las necesidades que debemos satisfacer de la mejor manera y a su vez conozcamos quienes son nuestros “proveedores”, a quiénes nos debemos dirigir para conseguir nuestra “materia prima”, quien nos dará los imputs necesarios para hacer mi trabajo satisfactoriamente.
Si todos los colaboradores de una empresa desde un inicio parten de saber lo que tienen que hacer, por qué lo tienen que hacer, para qué lo tienen que hacer, por quién lo tienen que hacer, etc., podrán actuar con mayor efectividad en pro de la satisfacción de sus clientes internos, los resultados se reflejarán a su vez en la satisfacción de los clientes externos, lo cual tendrá un impacto directo en las ventas y la imagen de la empresa y podremos observar como lo que empieza bien termina bien!!!
Juanita Acevedo Segura – www.advantageservice.es
Pero, qué se necesita para que el equipo lo haga bien: en primer lugar, que cada miembro se sienta parte del equipo, esto es esencial. Sí, desde el primer día que el empleado, al que llamaremos colaborador, porque los equipos no tienen empleados sino colaboradores, ingresa a la empresa debe sentir y saber que entra a formar parte del engranaje de una maquinaria y que su participación, desde el puesto en que trabaje, es clave para su buen funcionamiento y los buenos resultados.
Si bien, en algunas empresas de mediano y gran tamaño se cuenta con un encargado de recursos humanos que programa el ingreso de los nuevos colaboradores, les da la bienvenida y desarrolla todo un programa de inducción; en las pequeñas empresas por costes esto no es viable, pero tampoco es excusa, en ningún tipo de empresa, para no integrar desde el principio al nuevo colaborador con los demás miembros del equipo; de hecho en las pequeñas empresas debería ser más fácil porque son menos personas, pocas áreas y el trato puede ser más cercano.
Cuántas veces hemos llegado a empresas y tan solo al cabo de unas semanas empezamos a conocer a nuestros propios compañeros de área y nos tardamos algo más para conocer a las personas de otro departamento con las que por casualidad coincidimos en una comida o en un proyecto pero que no tenemos la menor idea de lo que hacen y cuál es el rol que desempeñan.
Sabemos a que se dedica la empresa pero no tenemos idea cuál es su proyección, sus clientes, su misión, sus dueños, las áreas que la componen, etc., solo sabemos que fuimos seleccionados para desarrollar un trabajo, unas funciones y que lo tenemos que “hacer bien”; aunque, se da el caso que a veces ni siquiera sepamos realmente para que fuimos contratados, no se nos dice que se espera de nosotros.
Creo que todos habremos escuchado en alguna ocasión frases como “apáñate” o “tu mism@” que en otras palabras sería “arréglatelas como puedas y si tienes dudas ni preguntes”. Y claro, lo hacemos de este modo, unos más proactivamente y con mejor suerte que otros, pero esto no debería ser así. En lugar de adivinar lo que tenemos que hacer, reinventar procesos que ya están creados o simplemente hacer las “cosas a mi manera”, deberíamos contar con directrices claras desde el principio, saber a quien podemos acudir en caso de una duda, conocer los procesos de la empresa (Ver post anteriores) saber quien es mi cliente y quien mi proveedor.
Así es, todos los empleados somos clientes y proveedores a la vez. Tenemos clientes de otras áreas que nos solicitan información, recursos, planificaciones, preguntas, etc. y necesitamos proveedores igualmente que den respuesta a nuestras inquietudes o satisfagan algún requerimiento. Por lo anterior, resulta más indispensable aún que bajo esta dinámica cliente-proveedor, desde el primer instante en que ingresamos a una empresa nos presenten a nuestros “clientes”, sepamos cuáles son las necesidades que debemos satisfacer de la mejor manera y a su vez conozcamos quienes son nuestros “proveedores”, a quiénes nos debemos dirigir para conseguir nuestra “materia prima”, quien nos dará los imputs necesarios para hacer mi trabajo satisfactoriamente.
Si todos los colaboradores de una empresa desde un inicio parten de saber lo que tienen que hacer, por qué lo tienen que hacer, para qué lo tienen que hacer, por quién lo tienen que hacer, etc., podrán actuar con mayor efectividad en pro de la satisfacción de sus clientes internos, los resultados se reflejarán a su vez en la satisfacción de los clientes externos, lo cual tendrá un impacto directo en las ventas y la imagen de la empresa y podremos observar como lo que empieza bien termina bien!!!
Juanita Acevedo Segura – www.advantageservice.es
4 Respuestas para "Lo que empieza bien, termina bien!!!"
Creo en la cultura empresarial, pero creo también que en el desarrollo de la misma hemos de formar parte todos y que para ello es muy necesaria la comunicación limpia. De ahí que yo sea una defensora incansable de la buena y eficaz comunicación interna.
Creo en la comunicación, en la información y en la transparencia como forma de evitar rumores y falsas creencias. Creo en que hay que informar a los empleados de los movimientos de la empresa (en la medida de lo posible) para que se sientan parte de la cultura y trabajen como si fuera suya. Si esto no es así, conseguiremos desgana por parte de los empleados, rumores, mala gana y por lo tanto, malos resultados.
Por ello abogo por la transparencia y la comunicación ante todo como vía directa de una mejor imágen de marca y un mayor impacto en las ventas.
Me encanta el post Juanita
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